Concretización etérea de la idea primordial….

Después de haber definido la idea primordial, los rostros y los cuerpos así como las actitudes gestuales aparecen en mi mente bajo una forma más o menos etérea: como vibraciones en gestación de formas visibles interiormente. Esas formas se vuelven progresivamente más claras, más estables y más que nada repletas de vida. Llegado a este punto, mis modelos permanecen en mi mente. Expresan perfectamente la idea primordial que he definido. Me basta con cerrar los ojos para mirarlas.
 
Cada cual puede volverse un modelo como fuente de inspiración. La inspiración puede nacer de un momento breve de presencia con cualquier persona de dimensión humana. Por ejemplo, una mujer corpulenta puede irradiar la sensualidad en una mirada, en un gesto, o también en una sonrisa, mucho más que una « mujer plásticamente bien hecha » como se dice. Miren a la Gioconda y su sonrisa delicadamente reposada sobre un rostro bien lleno. Irradia la sensualidad en la plenitud.
 
La idea primordial, una vez definida mentalmente, se ha mas o menos alejado del instante de inspiración. Se baña después en una fuente al interior de mi mismo, pero que no soy yo mismo. Cuando sale del agua de ese baño, irradia en todo su esplendor una idea primordial que ya no me pertenece. Aparece entonces como desvestida de la ropa de mis propias emociones humanas, como venida de otro lugar : del intemporal.
 
Nota : Esto no es una descripción de teórico del arte !

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